sábado, 4 de junio de 2011

Dibujos de la Fundación Mapfre


La Fundación Mapfre presenta bajo el título "la mano con lapiz" una selección de dibujos del siglo XX. En este enlace de El Pais puede verse una muestra de algunas de las obras expuestas. Esta es una presentación conteniendo imágenes de la misma

 
Como destaca Pablo Jimenez Burillo, director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, "...en el siglo XX el dibujo puede también ser considerado como una obra de arte independientemente de que pueda también servir para otras cosas". 

Hace unas semanas comentábamos sobre las acuarelas de Cristobal Toral la capacidad del dibujo para resistir el paso del tiempo. Esta es la cita completa

"En nuestro país existe una tradición y cierta manía por resaltar el soporte como un valor  fundamental, basado principalmente en un concepto de durabilidad, que sólo se puede aplicar a la pintura sobre lienzo. Sin embargo, en países como Francia, Reino Unido, Italia o Estados Unidos, los buenos coleccionistas sienten debilidad por un buen dibujo o una conseguida acuarela. Opinan que el artista es más directo y espontáneo en un dibujo o en una acuarela que en el lento proceso de un óleo. Por otra parte, conviene puntualizar que el concepto de durabilidad es muy relativo, pues una pintura sobre lienzo está más desprotegida que una acuarela sobre un papel de alto gramaje que queda protegida entre un metacrilato y un tablero."

O sea que quizá sea un buen momento para hacer algunos comentarios sobre el dibujo como preparación de otras obras y como obra acabada.

En general cuando hablamos de dibujo pensamos en una obra no impresa sobre papel de dimensiones frecuentemente menores que un óleo. En un sentido amplio un grabado, un grafitti o un tatuaje son dibujos pero no solemos identificarlos como tales. Por otra parte se entiende que en un dibujo no solo pueden intervenir medios secos (carbón, grafito, sanguina, ceras, pasteles...) sino también acuarelas, temperas, tintas y todo ese cajón de sastre denominado técnicas mixtas. Dicho en otros términos en la muestra de la Fundación Mapfre encontramos de una exquisita acuarela de Paul Klee (Junge Palme) a un precioso autorretrato académico de Fortuny.

Suele alabarse del dibujo que la idea plástica se encuentra en estado puro y fácilmente reconocible mientras que en la obra acabada la idea está enmascarada por el acabado final y por tanto en los dibujos puede seguirse mejor el proceso mental que conduce a la obra definitiva.

En este sentido una sistematización que me parece extraordinaria de las diversas etapas de la elaboración de una idea plástica es lo que Zobel llamaba el método clásico:  "apunte, dibujo, boceto, cuadro".  Cito a Zóbel:

"Mi proceso es muy clásico. Es el proceso apunte-dibujo-boceto-cuadro. Suena muy académico, pero observo con cierta sorpresa que no lo enseñan en ninguna academia. La verdad es que no entiendo muy bien lo que enseñan en las academias.

El apunte pretende recordar una idea. El dibujo intenta fijarla. El boceto es un ensayo de realización. Es un proceso de eliminación; de ir eliminando distracciones. El cuadro pretende ser la realización lo más clara posible de la idea inicial. Dicho así suena horrible, pero vivido es un proceso alucinante.

¿Las fotos? Otra forma de hacer apuntes. También guardo recortes de revistas y libros. Todo lo que sirva para recordar es para mi un apunte" (Zobel, "Mis fotos de Cuenca" Madrid 1981).

Puesto que Zobel hacía pintura con un elevado grado de abstracción aclaraba (cito de memoria): "por supuesto no se trata de que la obra final permita el reconocimiento del modelo inicial sino más bien que se conserven en el proceso algunas de sus características esenciales".

En lo que  yo considero un monumental tratado sobre la representación formal de un objeto "El sol del membrillo", el protagonista, Antonio López, renuncia a la elaboración de un óleo sobre el membrillero desbordado por los mil elementos que condicionan la pintura de la realidad (los cambios de luz, las modificaciones del objeto, las inclemencias del tiempo, los límites temporales...) para acabar realizando un dibujo a lápiz del mismo modelo que abordó como un óleo, pero que codifica finalmente solo algunos de sus rasgos esenciales. Es casi el proceso inverso.

Hemos comentado el dibujo como obra final, el dibujo como preparación, el concepto de dibujo y los materiales del mismo. Una gran parte de esto puede verse ejemplificado en la exposición, pero me gustaría citar una frase que solía repetirse en la Academia: "se dibuja como se pinta y se pinta como se dibuja". Muchos de los rasgos que aparecen en el dibujo y en el óleo representan el gesto plástico básico del autor y pueden seguirse al margen de los medios con que se expresan. 

Solo añadir algunas tendencias muy diversas que definen  la plástica del Siglo XX (tradición, modernidad, vanguardia, surrealismo) y que son asimismo las agrupaciones que vertebran la exposición.

No hay comentarios: