martes, 7 de junio de 2011

Coro López-Izquierdo en la Casa de Vacas del Retiro


Uno de los temas que Joaquín Vaquero Turcios solía plantear en sus seminarios era el origen de la pintura. Comentaba cómo un guerrero griego partía hacia una guerra y al despedirse en la puerta de la choza su esposa trazó en la pared el contorno de su sombra para que su recuerdo no se desvaneciera. Y es que el recuerdo es frágil. En otra de las sesiones nos pedía que dibujáramos de memoria una bicicleta o la Torre Eiffel para constatar que los dibujos eran incapaces de trasmitir el movimiento de los pedales (la bicicleta) o de mantenerse erguidos (la Torre Eiffel)

El recuerdo es el lugar en que habita lo ya vivido y su conservación siempre nos ha obsesionado. Ese recuerdo destilado, interpretado y embellecido nos habla de lo que fuimos y de los que somos porque venimos de ahí. 

Y aquí tenemos en la Casa de Vacas del Parque del  Retiro de Madrid una exposición de Coro Lopez-Izquierdo que habla de nosotros mismos, de nuestras calles, de nuestras puertas, de nuestros mitos, de nuestras actividades. Algunas  han dejado paso a otras que las sustituyen otras no.

Coro López-Izquierdo. Saneamiento García.


Y ¿Cual es la diferencia entre los paisajes urbanos que nos muestra Coro y las imágenes en sepia o blanco y negro de nuestro pasado?

Por un lado adivinamos en el trabajo de Coro una selección y una sensibilidad especiales. Han sido trabajadas con tanto detalle, elegancia y corrección que confiamos en su visión. Pensamos además que su forma de trabajo requiere tanto esfuerzo que condiciona la visión del espectador. Se ha ganado el derecho a ser vista. 

Coro López-Izquierdo. c/ Perez Galdos


Por otro lado nos sentimos próximos a lo que se nos comunica. Los mensajes de los cuadros de Coro no parecen corresponder a un plan determinado, no son como el escenario de un crimen en que sus detalles nos hablan de lo que sucedió, más bien la superposición de capas nos enfrenta a la dimensión temporal de la pintura; lo que vemos es el resto de lo sucedido.

Una textura es la calidad percibida de una superficie. Se siente en conjunto, no se individualizan sus partes integrantes. En cierta forma los elementos que tuvieron protagonismo en un momento van poco a poco convirtiéndose en textura sin valor individual. Son como la estela que deja en el cielo el paso de un avión desapareciendo poco a poco.

Un interrogador sutil, un Sherlock Holmes plástico podría extraer muchos datos de lo que sucedió pero el observador no adiestrado ve cómo pasa el tiempo de otros y siente cómo el suyo tendrá el mismo destino.

En este enlace pueden descargar el catálogo completo de la exposición y no dejen por favor de visitar la página de Coro que incluye junto a una muestra de su larga obra abundantes opiniones en prensa sobre sus trabajos.

2 comentarios:

Mercedes dijo...

Hola Jesús,
tengo muchas ganas de ver esta exposición, aún más después de leer tu texto, siempre tan poético.
(qué casualidad que justo esta tarde he estado leyendo algo sobre Vaquero Turcios).
Gracias por darnos tu visión.

Jesus Olivan dijo...

Muchas Gracias Mercedes. Seguro que tú que sí eres un Sherlock Holmes plástico eres capaz de desentrañar muchísimas cosas en la estupenda obra de Coro.

Vaquero era una persona extraordinaria. Un gran conocedor del arte y a quien le encantaba casi todo: desde un resto de cerámica etrusca a una tela africana o una talla románica. Hablaba de las pinturas rupestres en términos artísticos y no antropológicos o culturales. Una persona humilde y simpática, de una cultura amplísima y una claridad de concepto maravillosas.