martes, 15 de noviembre de 2011

Soledad Sevilla y Santiago Olmo



El palacio de cristal del Parque del Retiro de Madrid es una construcción en metal y cristal rodeada de árboles, caminos de tierra y un pequeño estanque. Mercedes le ha dedicado una entrada a su historia. Desde hace bastante tiempo se dedica a exhibición de arte. A diferencia de las exposiciones de la Casa de Vacas o la Casa de Velázquez (los otros dos espacios dedicados a la exhibición de arte en el parque del Retiro) el palacio de cristal suele exhibir una única obra de gran formato, una gran instalación que ocupa el espacio diáfano de las naves. Y este es el caso ahora, Soledad Sevilla expone una obra diseñada específicamente para este espacio con el título “Escrito en los cuerpos celestes”


Soledad Sevilla es una artista de larga tradición que estuvo en relación con el legendario Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid. Hablamos de ello en relación con Elena Asins

Y vamos a la obra. Desde el exterior, cuando llegamos se adivina, una estructura interior que llena el palacio como un fluido oscuro



Una vez dentro observamos que se trata de algo simila a la bóveda celeste en una noche clara. Nuestro firmamento artificial ha llenado el palacio de cristal y una falsa noche nos rodea



Hay, sin embargo una diferencia sutil. Las estrellas no son tales sino que han sido sustituídas por paréntesis, interrogaciones, comillas...


 

La gente sale fuera o se introduce en el espacio entre la bóveda y el palacio de cristal para disfrutar mejor del efecto conseguido adentrándose de esta forma en los intersticios entre las capas, un juego de muñecas rusas formado por la boveda artificial, el palacio de cristal y la propia boveda celeste.

Dos comentarios respecto a la obra.

Vaquero hablaba en sus cursos del cambio de escala en el arte, una maqueta nos hace ver el efecto global pero introducirnos en el espacio nos sobrecoge. Ampliábamos una letra china convertida de esta forma en una abstracción gestual. Soledad en la documentación de su obra nos muestra unas preciosas maquetas digitales de la instalación. Aunque son muy interesantes, la sensación global al introducirse en la obra es otra cosa. 

Hemos visto efectos similares a propósito de Elena Asins y Yayoi Kusama.

Pero no todo lo que nos deslumbra es arte. Un parque temático, un efecto de la naturaleza como un arco iris o un paisaje abierto tambien nos sobrecogen. La diferencia con el arte probablemente se encuentra en la intencionalidad del artista y en su eventual interpretación.

Les sugiero que se detengan en este momento e intenten encontrar un sentido a la obra. ¿Se trata únicamente de poner de manifiesto un efecto visual? ¿Qué ha pretendido la artista?

No creo que hayan superado la interpretación aportada en la documentación de la obra y cuyo autor es Santiago Olmo.

“...el cielo parece estar dentro y fuera: en el exterior el cielo solar y las nubes, dentro una reconstrucción imaginaria del firmamento nocturno con las formas básicas del edificio. Los cristales abren al cielo y en su interior encierran nuestro universo mental: el lenguaje, o más que eso, un universo de signos que dotan a la escritura con la vida y el sonido del habla...
... un observatorio astronómico mental para un universo interior. La instalación se resuelve así en una paradoja poética y espacial, entre interior y exterior, entre ver y percibir, entre hablar y escribir...
se transforma hoy en un espacio de reflexión sobre el lenguaje de los signos, subryando su fragilidad sin las palabras...”

No creo que deba añadir nada a esta preciosa interpretación salvo quizá que si podemos escribir en los cuerpos celestes, hacerlos interpretables con nuestros signos o nuestras instalaciones no todo estaba predeterminado y nuestro futuro, al menos en parte, depende de nuestra propia escritura.

2 comentarios:

Mercedes dijo...

Qué bien escribes, Jesús, me encanta cómo lo cuentas... solo se que tengo unas ganas locas de ver esta exposición.
(y gracias por el enlace)

Jesus Olivan dijo...

Seguro que lo disfrutas, porque ya desde fuera es fantástico, la gente sale para hacer fotos. Muchas gracias Mercedes