miércoles, 4 de mayo de 2011

Jacques Henri Lartigue


Vivimos en una época marcada por el pesimismo. Como si se tratara de una profecía que acaba por cumplirse a si misma, se nos convence de que el futuro será peor que el pasado. Nuestros trabajos serán peores y más inestables, nuestros ancianos estarán peor cuidados, nuestros sistemas de salud se deteriorarán, y nuestros recursos intelectuales y artísticos lejos de crear un mundo mejor contribuirán a hacernos más desgraciados, los recursos se agotarán y nuestra cultura será incapaz de reciclar los múltiples residuos que genera hasta dañar de forma irreversible nuestro medio. Incluso nuestros descubrimientos más abstractos, la astrofísica, el código genético, las comunicaciones serán utilizados para alienarnos. Si vemos en perspectiva las últimas décadas o siglos nada de esto se compadece con lo que ha sucedido hasta ahora. Pero a pesar de ello nuestro ánimo decae como en las civilizaciones precolombinas. Nunca estamos seguros de si el sol nos abandonará para siempre. 

Y esto no ha sido siempre así. En Caixaforum vemos el alma de la primera mitad del siglo XX en la obra de Jacques Henri Lartigue. Lartigue vivió entre 1894 y 1986. Desde muy jóven realizó fotografías. En este enlace puede verse un resumen de su vida sobre la base de fotografías tomadas por él mismo. Este es un reportaje elaborado por RTVE (para todos la 2) sobre la exposición "Un mundo flotante" de la Caixa.

 

La exposición nos muestra la pasión por la vida. A comienzos del siglo XX aparecen la vida deportiva, la velocidad, la moda, la automoción, la utilización de la fotografía, la aplicación de la técnica a la vida cotidiana. Es el mundo nuevo que llena de ilusión a las mentes despiertas. El futuro se presenta como algo deseable, plagado de posibilidades que merecen ser vividas y probadas. Es un mundo que nos sabe  a Proust y a Tamara de Lempicka. Y ante ese mundo la actitud de Lartigue es de entrega apasionada. Como un niño, Lartigue inventa sus propios juegos. Juega a detener imágenes que suceden rápidamente, juega a encontrar enfoques audaces, juega a detener la belleza, juega a representar el mundo en 3D y también juega a visualizar saltos de sillas, posturas imposibles, piruetas sobre hielo... ; y juega por último a ordenar el recuerdo, a encontrar la forma de preservar la vida y a vivir el tiempo perdido. El ritmo frenético de la vida nos impidió disfrutarlo cuando sucedió y Lartigue colecciona en decenas de albumes su tiempo, en su visión y en la de otros.

Lartigue  despierta en nosotros envidia no tanto por el ambiente que se atisba (los lujosos hoteles, los vehículos, la sofisticación de su ambiente, el contacto con la naturaleza, la belleza de la vida urbana...) sino sobre todo por la actitud inocente, confiada y alegre con que afronta la vida. En este sentido su incitación a la vida es sostenible y edificante, casi podríamos decir que profundamente "moral"  .

Este es un reportaje sobre Lartigue donde se le puede ver trabajando y valorando su obra, un maravilloso reportaje de la BBC de donde extraigo la siguiente cita

"Incluso ahora, cuando la gente dice que son malos tiempos yo encuentro cosas fascinantes. Puedo ir a Nueva York en seis horas... Todos los tiempos pueden ser hermosos, todos los paises pueden ser bellos". 

(pueden encontrarse otros muchos videos en youtube  o muchas imágenes tomadas por Lartigue en las imágenes de Google)

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