sábado, 21 de abril de 2012

Xavier Valls


Ya hemos hablado de la Galería Fernández Braso. De reciente creación parece especializarse en amplias exposiciones retrospectivas de autores contemporáneos muy prestigiosos que ya no están entre nosotros. Tras las exposiciones de Palazuelo y Rafols Casamada ahora nos ofrece una preciosa exposición sobra la obra de Xavier Valls. Este es el catálogo de la exposición (fichero pdf)

Conocí la obra de Valls en el Reina Sofía y siempre destacaba por la elegancia y contención de su pintura en tema, composición y tratamiento del color. Ahora en la muestra se exponen bodegones, paisajes, interiores y alguna figura. Este es un ejemplo tomado de la sección material para los medios de la galería.



Se trata de una figura en cuyo tratamiento no se desciende a los rasgos de la realidad del personaje (excepto quizá en los delicados pliegues centrales del ropaje del brazo); tres elementos: la figura, la mesa y una cinta enrollada ocupan con su aspecto escultórico menos de la mitad del cuadro y destaca una luz que fluye suave y cariñosa desde el lado izquierdo e ilumina los objetos sin sombras o luces  intensas. Fondo y figuras comparten una misma técnica en que varios colores próximos crean una textura artificial y dulce. A veces los puntitos de color luminosos, poco saturados y con una gran variedad tonal se convierten en rayitas alargadas como en el brazo de la figura en un eco de la forma que los contiene. En conjunto su estilo es definitivamente característico y sus obras se reconocen al primer golpe de vista. Se trata de un falso color no tanto por su carácter expresivo sino por su estilización y textura.

Formalmente también utiliza algunos elementos notables. Su encuadre frecuentemente recorta el objeto añadiendo ángulos en posiciones destacadas del cuadro. A veces la idealización le lleva a sugerir rítmos entre los elementos de la obra (alternancia de formas cilíndricas y esféricas, elevación o no de elementos de un bodegón, textura de los reflejos de agua) pero es quizá en los paisajes en que el desarrollo rítmico del cuadro es más evidente. Este es un paisaje también tomado de la sección material para los medios de la galería. 



Evidentemente la disposición de los motivos dispuestos como las notas de una partitura musical han sido creados a partir de una sugerencia del paisaje pero el tratamiento repetitivo de las formas globosas, el rítmo de los grupos de cipreses enfrentado a la suave oscilación de las montañas, el enfrentamiento de esta melodía y su reflejo nos sugiere en su idealización la abstracción de los elementos esenciales del paisaje. Nuevamente no se aspira a identificar cada objeto y describir cada elemento como si de una personaje se tratara sino más bien de definir los elementos en función de sus relaciones.

La impresión de que se trata de creaciones que describen aspectos profundos de la realidad más alla de lo que observamos en una primera impresión junto con su elegancia formal produce una sensación de armonía y belleza imposible de ignorar.

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