viernes, 13 de enero de 2012

Pablo Palazuelo en la Galería Fernandez Braso


Muchas veces hemos comentado las actividades que realiza la Galería Juan Gris. Magníficas exposiciones de artistas destacados acompañadas de catálogos excelentes. Los mismos galeristas han abierto un nuevo espacio unas manzanas más alla, en el Barrio de Salamanca, la Galeria Fernandez-Braso. Y para la inauguración han comenzado con una exposición de Pablo Palazuelo. Es una delicia visitar un espacio tan amplio y acogedor con un contenido maravilloso



La labor del galerista, al menos no en la Galería Fernández Braso, no acaba con la presentación de la obra sino que se acompaña de un catálogo que en este caso es una auténtica monografía e incluye entrevistas e incluso algunos poemas de Palazuelo. Puede descagarse aquí

Visité la exposición hace unas semanas con amigos que habían conocido directamente a Palazuelo y pudimos comentar la amplitud de lo mostrado. Del propio catálogo entresaco alguna frase que pone en contexto la relación entre la abstracción geométrica de Palazuelo y el constructivismo.

¿Hay alguna relación entre tus estructuras formales y las de los constructivistas? Actualmente ninguna, aunque en un momento dado, por los años 50-51, llegaron a interesarme y los estudié bastante. Esto se advierte en algunas obras de aquellos años. Aquel interés se debía a lo intrigado que andaba yo por todo lo que tenía que ver con la geometría. Era como si algo me estuviera haciendo señas muy insistentes para que me acercara. Aquello no me dejaba en paz.


Visto desde fuera no me parece tan lejana, ni mucho menos, la obra de Palazuelo con las de otros constructivistas.

Ahondando en el pensamiento de Palazuelo creo que la entrevista que Santiago Amon  en 1976 en la revista de Occidente explicaría mejor algunas de sus ideas plásticas y de su trabajo artístico. Este es un amplio resumen de algunos de sus contenidos
 
Mi intención es penetrar cada vez más profundamente los, para mí, secretos de la formación y de la forma. Puedo añadir que a tal fin manipulo «a mi manera» lo que se puede llamar «un código de órdenes preexistente» (la geometría sería «una» de las manifestaciones de ese código).
 
Manejar un medio sin saber lo que es o cómo funciona sería para mí el colmo de la frustración (lo es incluso para muchos artistas que han llegado a un alto nivel de realización). La conciencia está para algo, aunque también pueda desviarse de su fin. Caminar de intuición en intuición, por muy iluminadoras que éstas sean, es incompleto. Uno «queda fuera» de algún modo. Intuiciones e iluminaciones son simientes que pueden perecer, chispas que se apagan, sin combustible.

Todo artista verdadero es independiente, y no al revés (tómalo como quieras en mi caso). Cierto que si los que se ocupan de él se lo proponen, terminan por incluirlo en alguna clasificación. Conviene, sin embargo, advertir que primero estaban las obras y que sólo después fueron clasificadas y por personas que no las habían hecho

La operación de los puntos, líneas, superficies y colores es larga, lenta, tortuosa, llena de errores, de cegueras, de dudas, angustia y peligro, pero también se dan, a lo largo de ella, paz, equilibrio, profunda satisfacción, placer y libertad exhilarante, porque se trata de cifrar la convergencia del afecto del que pinta con el sentir de la naturaleza.

Si operar con una cierta geometría es ser «constructivista», lo seré como también lo serían los matemáticos los físicos. químicos y biólogos..., que se valen del número y practican la geometría. Más o menos conscientemente, la geometría es sentida por todo artista plástico.

Es cuestión, como dije, del «sentir que piensa». El ángulo recto (que yo a veces también empleo) me transmite la impresión de freno brusco, de parada (por eso es estático). La diagonal, a la inversa, me sugiere el paso a otra cosa, el «traes» (tránsito, transposición, transformación, transgresión...). Los ángulos agudos y obtusos evocan más intensamente transformaciones violentas o sosegadas.

Las imágenes (lo imaginado) son el vehículo de fuerzas psíquicas primeras. y son para mí «más fuertes» que las ideas. La imaginación primitiva (desde «los orígenes») siempre sintió los colores como masculinos (blanco, amarillo, rojo) o femeninos (negro, azul, verde). Aun hoy día, y de una manera casi unánime, se considera a los colores, por sus cualidades, como irritantes o sedantes, agresivos o acogedores, calientes o fríos. Cuando trabajo con el rojo (el rojo que inunda anchas playas temporales de una forma de esplendor) siendo desgaste, calor, irritación. Tras este ardor continuo que además, y por pura imposición (que se impone), produce a veces ceguera (es decir, impide ver bien las tonalidades: podría decirse que impide imaginar la tonalización), se siente la necesidad, casi biológica, de bañarse en azules, de calmarse con los verdes y de reposar en el negro aterciopelado, penetrado de sordos, lejanos, rumores o totalmente silencioso. Aunque puede parecer extraño (a mí me lo parece), los colores se pueden escuchar en cierta manera, Kandinskv decía «sonoridad amarilla».

En este video puede verse al propio Palazuelo hablando de su obra, el azar, su método, los materiales usados, la relación entre su pintura y su escultura y otros temas similares junto con una valoración de la obra de Palazuelo por parte de otros artistas



Lo dicho, es una delicia encontrar una exposición tan amplia y bien concebida en un nuevo espacio.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ha sido una delicia leer este blog dedicado a Palazuelo con tan profundo conocimiento de su obra

Mercedes dijo...

Admirable post, Jesús, dedicado a este gran artista.
Tengo que ir a ver esta exposición, sin falta. ¡gracias!

Jesus Olivan dijo...

Muchísimas gracias Mercedes y amigo anónimo y también a David. Un abrazo muy fuerte. Jesus