jueves, 28 de abril de 2011

Flaxman y el dibujo neoclásico

Cada estilo pictórico tiene su correlato en el dibujo: los motivos tratados, el manejo del contorno, el  tratamiento de las masas, la definición de las formas, la conceptualización con que se abordan los temas... todo ello se manifiesta en la forma más espontánea de que dispone el artista plástico: el dibujo. 

Por ello cada época produce dibujos maravillosos;  de las manos de Durero a la siesta de Picasso, de las hojillas de Friedrich a las acciones complejas de Rafael,de las sutilisimas sombras de Velazquez a la mezcla de masas y contornos de Ingres,de los extremadamente realistas dibujos de Goya a los idealizados personajes de Miguel Angel, de los estampados que marcan los volumenes de las telas de las figuras de Watteau a los exquisitos dibujos de contorno de Flaxman...

Vamos a hablar de estos últimos porque súbitamente he recordado cuando tuve ocasión de contemplarlos en directo en la tienda de grabados de la Real academia de San Fernando.

Flaxman fue un dibujante excepcional que desarrolló una técnica extremadamente elegante basada en el  estudio de las vasijas griegas de la antigüedad. La pintura griega se ha perdido en parte pero podemos  deducir sus rasgos a partir de la pintura que ilumina sus vasijas. Flaxman era escultor y colaboró durante un tiempo en la creación de porcelana de Wedgwood. Ilustró la Iliada, la Odisea, la Divina Comedia y tuvo una muy grande influencia en las generaciones posteriores aunque ahora no es excesivamente conocido. 

Vamos a un ejemplo para comentar la sutileza de su dibujo. Oto y Efialtes eran dos gigantes hermanos que mantuvieron cautivo durante semanas al propio Marte. Cargado de cadenas, Marte sufre mientras los dos hermanos reflexionan y pasan el tiempo. Todo el dibujo está resuelto con dos grosores de trazo. Los trazos exteriores levemente más gruesos que los trazos que definen los accidentes internos. No se destacan sombras dentro de las figuras, excepto por algunas sutilezas que posteriormente comentaremos. El ambiente, se encuentra sugerido por un conjunto de lineas horizontales y verticales que definen rocas que sirven de asiento, sombras de las figuras o relieves que enmascaran partes de los cuerpos. La figura de Marte es de menor tamaño que la de Oto y Efialtes (se trataba de gigantes) y esta diferencia de tamaño se manifiesta hasta en la comparación del tamaño de los pies. 

Flaxman. Marte. Wikimedia comomns

Flaxman resuelve con solvencia extrema cuanquier posición de escorzo de los pies, diferente en cada uno de ellos, las posición de las manos y como se entrecruzan con el resto del cuerpo mientras mantienen la cadena que aprisiona a Marte. La postura de cada mano es especialmente clara incluso en las posiciones más forzadas. La sutileza de los contornos es sencillamente deslumbrante, observen por favor el contorno de los  pectorales y como se relaciona con los deltoides, las marcas de las clavículas, la definición o no del borde de la tibia, la desviación de la rótula para sugerir la rotación del muslo. Vean la actitud relajada del personaje de la izquierda con sus hombros caídos y la cabeza erguida, mientras que el ensimismado personaje de la derecha proyecta su cabeza hacia delante bajo el hueco que forman los trapecios. Cualquier parte del dibujo huye de la solución fácil. La iluminación lateral desde el lado izquierdo hace  que los detalles del pelo de ambos personajes estén más marcados en la zona de sombra mientras que el  destello de luz hace que aparezcan menos detalles en la zona superior izquierda de las cabezas. En fin un prodigio de técnica bajo una  aparente simplicidad. 
Flaxman. Andromaca. Wikimedia commons

Flaxman ha ido eliminando muchos otros detalles  hasta construir un universo consistente que narra con precisión otros muchos episodios. Otro ejemplo en que Flaxman utiliza un conjunto similar de figuras en un escenario más complejo. Desde las murallas de Troya, Andromaca se desmaya mientras  Aquiles arrastras el cadaver de Hector  en la lejanía y sus acompañantes la socorren o se mesan los cabellos. Me gustaría destacar en contraste con el anterior dibujo la suavidad de las masas musculares femeninas y la gracia de los pliegues para desvelar las posturas y los pesos de un cuerpo sin vida, como si muriera a la vez que Héctor.

En fin que el dibujo de contorno, bajo una apariencia sencilla, requiere tal complejidad en la ejecución ("menos es más" suele decirse) que nos  emociona desde hace siglos tanto como un exaltado dibujo renacentista, barroco o romántico. 

En arte, a diferencia de lo que ocurre en  ciencia, se dice que no existe un cambio  de paradigma y en una época determinada puede optarse por una u otra representación  plástica. A pesar de ello un fondo común suele estar presente en los dibujos de una época permitiendo un diálogo entre las formas representativas  de los diferentes momentos.

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