sábado, 28 de abril de 2012

Hans Haacke


Hans Haacke nos propone en el Reina Sofía un interesante paseo por algunos aspectos de la historia reciente de nuestro pais. El conjunto de la exposición se denomina Castillos en el aire. Este es un video de la exposición en que detalla sus antecedentes y planteamiento. 

Los límites del arte en nuestra cultura se expanden a traves de los siglos: técnicas, motivos, conceptos... se hacen más y más amplios y diversos. En este proceso acumulativo de progresiva complejidad dos elementos permanecen inalterados. Por un lado se trata de un lenguaje en que el artista condensa algunos aspectos de la realidad o al menos de su visión de la misma. Por otro a diferencia de lo que sucede en la ciencia,  cómo se dice y qué se dice son igualmente importantes. En esta exposición tenemos una variedad de ideas expresadas mediante elementos formales que recuerdan las encuestas sociológicas, las investigaciones periodísticas, la documentación estadística o los ensayos sobre la organización de la sociedad.

Desde el inicio nos saluda la mano equilibradora de Adam Smith. Esta es su fotografía



La mano invisible aparece en su movimiento juguetona y sonriente como un saludo de una autoridad civil o religiosa.

Pero a veces la realidad no se ajusta a la teoría que se supone la explica de forma completa.

Cuando Haacke visitó Madrid se encontró con las recientes construcciones formando barrios desiertos que constituyen la herencia de la burbuja inmoviliaria. Como en la descripción de una ruina que nos habla de las razones por las que fue construida, se nos muestran fotografías aéreas, videos de calles solitarias con edificios en progresivo deterioro, imágenes de construcciones mal mantenidas colgadas de cuerdas como si se tratara de la ropa sucia, esa ropa sucia que está siendo lavada con discreción. Esta es la imagen del polígono con Madrid al fondo.



Cuando se adentró por sus calles desiertas encuentró un hallazgo de enorme interés plástico para un artista interesado en las relaciones entre arte, poder económico y sociedad. Sin duda conocen ustedes la obra de Kosuth Una y tres sillas, en que una silla, la fotografía de una silla y la entrada en el diccionario de la palabra "silla" nos permite tomar conciencia de las sutiles relaciones entre concepto, representación y realidad. Haake da una vuelta de tuerca  en la denominada Calle del Arte conceptual en que una placa de las habituales en nuestras ciudades con el nombre de la calle, una fotografía de la calle y  la propia obra de Kosuth forman una nueva obra.



Lo mismo podría decirse de otras muchas "calles" incluyendo tratamientos similares (calle del arte figurativo, calle de Eduardo Chillida...) nos hablan de la relación entre arte y sociedad, de lo real y lo imaginado, de las relaciones entre poder económico y arte. Y también ¿porqué no? de la distancia entre la idea y su realización, entre la teoría y la práctica, entre los sueños y lo que finalmente alcanzamos.

Esta toma de conciencia de la relación entre poder económico y arte se manifiesta en la exposición en muchas otras formas (estudios estadísticos de la procedencia de visitantes de galerías de arte, citas de directivos de grandes corporaciones sobre como el arte puede ser utilizado y promovido y otras).

El propio proceso de información imposible de procesar por lo abundante, característico de nuestro tiempo, es tratado en una de las obras en que con una impresora conectada a una agencia de noticias se genera una montaña de papel continuo.

Como en un moderno caballo de Troya, Haacke utiliza un medio artístico como un lenguaje que muestra a la vez que oculta contenidos no artísticos. Los artistas son especialistas en los aspectos formales; sus opiniones políticas o sociales tienen validez únicamente en cuanto personas (lo que ya es mucho). Expresadas en un medio artístico no admiten discusión o refutación por la propia naturaleza del medio expresivo.

La exquisita calidad formal de la obra, como en una película de Chaplin nos permite disfrutar de la muestra a diferentes niveles de análisis.

Seguro que les interesa.

sábado, 21 de abril de 2012

Xavier Valls


Ya hemos hablado de la Galería Fernández Braso. De reciente creación parece especializarse en amplias exposiciones retrospectivas de autores contemporáneos muy prestigiosos que ya no están entre nosotros. Tras las exposiciones de Palazuelo y Rafols Casamada ahora nos ofrece una preciosa exposición sobra la obra de Xavier Valls. Este es el catálogo de la exposición (fichero pdf)

Conocí la obra de Valls en el Reina Sofía y siempre destacaba por la elegancia y contención de su pintura en tema, composición y tratamiento del color. Ahora en la muestra se exponen bodegones, paisajes, interiores y alguna figura. Este es un ejemplo tomado de la sección material para los medios de la galería.



Se trata de una figura en cuyo tratamiento no se desciende a los rasgos de la realidad del personaje (excepto quizá en los delicados pliegues centrales del ropaje del brazo); tres elementos: la figura, la mesa y una cinta enrollada ocupan con su aspecto escultórico menos de la mitad del cuadro y destaca una luz que fluye suave y cariñosa desde el lado izquierdo e ilumina los objetos sin sombras o luces  intensas. Fondo y figuras comparten una misma técnica en que varios colores próximos crean una textura artificial y dulce. A veces los puntitos de color luminosos, poco saturados y con una gran variedad tonal se convierten en rayitas alargadas como en el brazo de la figura en un eco de la forma que los contiene. En conjunto su estilo es definitivamente característico y sus obras se reconocen al primer golpe de vista. Se trata de un falso color no tanto por su carácter expresivo sino por su estilización y textura.

Formalmente también utiliza algunos elementos notables. Su encuadre frecuentemente recorta el objeto añadiendo ángulos en posiciones destacadas del cuadro. A veces la idealización le lleva a sugerir rítmos entre los elementos de la obra (alternancia de formas cilíndricas y esféricas, elevación o no de elementos de un bodegón, textura de los reflejos de agua) pero es quizá en los paisajes en que el desarrollo rítmico del cuadro es más evidente. Este es un paisaje también tomado de la sección material para los medios de la galería. 



Evidentemente la disposición de los motivos dispuestos como las notas de una partitura musical han sido creados a partir de una sugerencia del paisaje pero el tratamiento repetitivo de las formas globosas, el rítmo de los grupos de cipreses enfrentado a la suave oscilación de las montañas, el enfrentamiento de esta melodía y su reflejo nos sugiere en su idealización la abstracción de los elementos esenciales del paisaje. Nuevamente no se aspira a identificar cada objeto y describir cada elemento como si de una personaje se tratara sino más bien de definir los elementos en función de sus relaciones.

La impresión de que se trata de creaciones que describen aspectos profundos de la realidad más alla de lo que observamos en una primera impresión junto con su elegancia formal produce una sensación de armonía y belleza imposible de ignorar.

jueves, 19 de abril de 2012

Tobías Almorox y Carmen Compáns


En el Círculo de Bellas Artes exponen dos artistas amigos que trabajan codo a codo en dos concepciones próximas de la pintura. En ambos casos se trata de abstracciones que prestan especial atención a la textura. Los diseños de la exposición de ambos aparecen frente a frente en la sala. Ambos optan por estrategias diferentes. 


Carmen nos muestra una serie de cuadros de formato y diseño similar. Geometrías con diseño  afín que evocan diferentes contenidos dependiendo del color utilizado. Los mismos elementos formales evocan sombras, luces, ciudades, personajes...  se trata sin embargo de abstracciones puras realizadas sin motivo alguno. Discutimos con otros asistentes cómo la abstracción surge del conjunto de impresiones que hemos ido absorbiendo y aún sin quererlo los ecos de lo que hemos visto nos hablan de los días soleados o las noches con luna, de las ciudades y de los campos. Zóbel partía de un motivo y poco a poco a base de eliminar elementos no esenciales llegaba a una abstracción que de alguna forma evocaba la impresión original. Carmen ha organizado el espacio como una melodía en que el motivo principal se repite con variaciones en cada obra y su exposición ha sido meticulosamente calculada como una progresión: tierras y grises van formando una multitud de colores hasta llegar a una gama de grises puros. Estas son dos de sus obras.





Tobías por el contrario ha optado por desarrollar un conjunto variado de tamaños, texturas y formas abarcando de la miniatura al formato medio, siendo igualmente variada la técnica utilizada. De larga formación ceramista ha intentado mediante diversas aproximaciones hacer un viaje de ida a vuelta entre cerámica y pintura. Mimetizando las texturas cerámicas con el uso de acrílicos desarrolla ideas que quizá algún día retornen al esmalte sobre el barro. El proceso de búsqueda le conduce a resultados muy diversos que agrupa casi como un libro de artista, mostrándonos múltiples posibilidades de desarrollo. Discutimos cómo cada obra precisa de un tamaño y cómo algunos de los hallazgos cobrarían nueva vida en formatos mayores y nos comenta cómo a veces el gran tamaño, con su caractar monumental e impresionante ahoga las ideas claras de la obra pequeña. Estas son dos de sus obras. 




Dos enfoques similares a primera vista que finalmente no lo son tanto. En cierta forma reflejan la busqueda del artista que mantiene algunos elementos formales acotando el rango de exploración frente a la posibilidad de un planteamiento diferente en cada una de las obras como herramienta de búsqueda. 


Así que si se acercan por el Círculo de Bellas Artes en los talleres seguro que lo disfrutarán.

domingo, 15 de abril de 2012

Elena Blasco


La programación de la sala Alcalá 31 es quizá una de las más atractivas de Madrid. Por su tamaño es capaz de albergar obras de gran formato o instalaciones y también de presentar trayectorias artísticas prolongadas. Suelen programarse artistas vivos en plena productividad y a la vez con una gran obra a sus espaldas. Recientemente hemos visto a Yinka Shonibare, Ballester o Martin Creed. 

Y ahora expone Elena Blasco.

He visitado la exposición en dos ocasiones, una para hacerme una idea y otra coincidiendo con las muy interesantes visitas guiadas que organiza la comunidad de Madrid. La exposición se llama Millones y abundantes razones. Este es un video de la exposición 




Una ojeada al video permite ver la alegría de la exposición. Lo mismo podemos decir de la página web de la autora o de algunas imágenes.

La artista utiliza una gran variedad de técnicas: pintura, fotografía, esculturas de muy diversas facturas (incluyendo materiales de construcción) para abordar principalmente un universo constituido en una parte importante por el interior doméstico, el papel de la mujer y sus relaciones, el sexo, la violencia de genero, la relación con la naturaleza y la perversión de nuestras relaciones.

Con frecuencia un mismo motivo es desarrollado como una escultura o una imágen creando un conjunto de varios aspectos de una misma idea. A veces un mismo detalle formal la princesita (un trasunto de una princesa medieval que representa quizá la mujer con la pata quebrada y en casa), imágenes fotográficas, formas antropoides o florales y otras aparecen en diversos contextos reforzando la continuidad de la muestra.
Seguro que disfrutarán con este video en que la autora detalla su universo y su forma de trabajo a propósito de la exposición. Como la autora pregunta

 ¿Es bueno ser mujer o es un asco?. Todavía no lo sé.

Y de ahí, y de su obra, surge una actitud combativa que expresa con una enorme alegría

Que no nos han hecho caso nunca a las mujeres en arte ni en casi nada. Y eso ya no existe.Eso ya no puede ser. No va a poder ser más; ya no es más; se ha acabado. Que no nos va a dar tiempo a las mujeres de mi edad ni a las jovencitas de ver la igualdad real . Eso también lo sé ...ha avanzado mucho pero no ha avanzado nada...

domingo, 8 de abril de 2012

Marc Chagall


Nunca me había gustado Chagall. Desarrolla temas que me recuerdan el Macondo de García Marquez con sus parejas volando, vacas tocando el violín o personajes con varias cabezas. Su ejecución aparentemente desaliñada con desprecio a las más elementales convenciones formales (cabezas rotadas, miembros como tubos de plomo...) siempre me resultaron fuera de lugar. 

Y en fin, sin mucha convicción acudí a la casa de las alhajas y luego a la fundación Thyssen. Como suele suceder la contemplación directa de la obra a la escala en que aparece es ciertamente atractiva. Este es el video de la exposición



Cuando se leen las peripecias de la Chagall en sus 97 años de vida  y sus andanzas en la ciudad-gueto de Vitebsk, su viaje al Paris de las vanguardias, su éxito artístico en la Alemania anterior a la primera guerra mundial, su participación en la revolución rusa y su alejamiento posterior, su retorno a Francia tras la guerra y sus viajes a Israel y tantos otros sitios hasta alcanzar el status de artista consagrado es evidente que se trata de una persona que ha vivido en escenarios clave del siglo XX y durante todo este tiempo ha mantenido una visión del mundo original y próxima, una visión casi legendaria de nuestro tiempo y para trasmitirla se ha valido de un lenguaje propio. Puede leerse una muy interesante biografía en la versión inglesa de wikipedia. O sea que su obra debe tener interés.

La exposición está dividida en dos partes separadas por el año 1947. Este es el micrositio de ambas exposiciones que incluye una muy interesante visita virtual.

Algunos temas casi de forma obligada a partir de la exposición, entre ellos la importancia del judaismo en su obra, la importancia del tema en la plástica del siglo XX y el manejo del color.

Allá por el siglo XVIII el rabino Israel ben Eliezer desarrolló una corriente del judaismo alejada del pesimismo, interpretando el mundo con una visión alegre y esperanzada que iluminaba los aspectos más sencillos de la vida, la vida de los humildes, los animales, la música, la vida entera estaba impreganada de alegría y color. Esta corriente llamada jasidismo tuvo un importante desarrollo en Europa del Este, impregnando la obra de Chagall. Chagall conoció el gueto, el exilio, el nazismo, el antisemitismo, pero a pesar de ello su obra está impregnada de vida y alegría. Incluso cuando los pobladores huyen de un pueblo en llamas atisbamos en su obra un rayo de esperanza. Ahora su obra puede verse como un documento privilegiado de esta forma de vida.

La narración ocupa también un lugar destacado en muchas de sus obras. Chagall ilustra fábulas y la propia Biblia pero además toda una simbología propia (rabinos, animales con instrumentos musicales...) se cuela en sus cuadros y aparece de forma recurrente. La vanguardias en el Paris de comienzos de siglo no creían que una obra plástica debiera contar una historia. Pero para Chagall el arte era el lugar en que la libertad  podía expresarse sin límites. Utilizando el lenguaje formal de las vanguardias (ausencia de espacio común con puntos de vista diferentes, utilización de contornos, degradados de color no homogéneos, inconsistencias de sombras, visión plana de la realidad, utilización subjetiva del color...) reelaboró las tradiciones de su niñez. 

Con una libertad extraordinaria reinterpreta la Biblia, trata a Jesucristo como a un judio más o describe la Vitebsk de su memoria infantil. En su desarrollo formal estudió las formas de representación clásica y prescindió de la perspectiva, del claroscuro, de la representación grecolatina de la figura human, del punto de vista único, de la corrección formal  y se quedó únicamente como el jasidismo con la vida y la emoción. Finalmente tradujo la emoción a color. Vida y color. Con esta receta abordó sus recuerdos como cuando Spencer reelaboraba Cookham. Elevó el gueto y su vida a la categoría de ciudad soñada y nos trasladó su visión del mundo. En este sentido se suele decir que fue un pintor poético, más bien se trata de un pintor lírico subordinando a la emoción cualquier otro aspecto de la plástica.

Y por último utilizó en color de forma genuina y brillante. El color en la exposición de la casa de las alhajas, el Chagall de la segunda parte de su vida es maravilloso. Como en las salas de la Galeria Schukin se nos presenta como una explosión. Con gran inteligencia combina grandes masas de colores próximos con notas de otros colores como notas agudas de una composición musical. Pero hay más, desde sus comienzos, los planos de color están formados por una textura de colores próximos afin al vibrado de una nota nota musical o a la interpretación en que la variación leve de las posiciónes de las notas dota de una emoción especial. Esta utilización del color le da una factura original y brillante.

Asi que si, como es mi caso, el universo de Chagall le resulta algo extraño y exótico, probablemente captará que no se trata de una representación kitsch o naif y desde luego no se trata de una visión pobre o mal elaborada sino más bien de la tozudez de una persona empeñada en hacernos ver el mundo a través de sus ojos y de su propia historia y tradición.

Seguro que, como a mí, les gusta más Chagall cuando salgan de la exposición. Esta es la reacción del público.

Si quieren ampliar su información sobre Chagall, en la fundación Juan March se realizó un estupendo ciclo de conferencias sobre él con el nombre Tradiciones judías que pueden encontrarse en este enlace buscando  Chagall en el buscador que aparece.