martes, 6 de diciembre de 2011

Jose Carlos Martínez Aroca


El dibujo de desnudo constituye una etapa básica en la formación clásica del artista. Una vez superado el dibujo de escayola y por tanto con un cierto conocimiento del claroscuro y de la proporción, de la situación del objeto en el espacio y de la relación entre el fondo y la figura, frecuentemente en paralelo con el dibujo de naturalezas muertas se aborda el desnudo. La dificultad deriva de varios aspectos. Por un lado el modelo no mantiene una inmovilidad perfecta, por otro lado la gama cromática es mucho mayor y extremadamente sutil. Enfrentarse a un objeto real con cierto movimiento es una experiencia extraordinaria. 

De hecho en la formación clásica era una de las fases del aprendizaje a que se concedía mayor importancia. Conservamos magníficas colecciones de dibujo destinado al aprendizaje en que el artista se explaya abordando los encuadres más insólitos, los juegos de luces y sombras, ordenando el fondo para que destaque con mayor claridad la figura, jugando con las luces reflejadas para destacar volúmenes ocultos.

A veces se llama "academias" al género que describimos. Un ejemplo es la colección de dibujos antiguos de la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Complutense de Madrid. Como se nos indica maravillosos dibujantes algunos de los cuales fueron pernsionados en Roma. Entre los autores recientes siento predilección por Tony Ryder que realiza unos grafitos de extrema precisión, delicadeza y realismo. Este es  un libro en Amazon en que Ryder describe sus técnicas.

O sea que el dibujo de desnudo con pose del natural constituye  una etapa fundamental que además mantiene plena vigencia. Comentaba nuestra amiga Rebecca Ivatts que el desnudo es lo más inmediato, lo más intenso en nuestras vidas. Frecuentemente un artista con una trayectoria prolongada retoma un dibujo de pose únicamente por el placer de recordar las sensaciones  experimentadas hace tiempo.

Hace unos años asistí a un consejo de un artista consagrado que le comentaba a otro artista que el desnudo de pose había sido tan abordado y con tanta maestría en el siglo XIX que no era posible hallar una aproximación original.

Bueno pues a pesar de todo, todas las tardes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid grupos masivos de artistas pasan horas dibujando poses de desnudo, desde poses cortas que solo permiten un apunte a poses de semanas que permiten una aproximación de óleo sobre lienzo.

Decía Ramón y Cajal que no hay cuestiones agotadas sino hombres agotados en las cuestiones.

José Carlos Martinez Aroca expone actualmente en el Circulo de Bellas Artes obras que han sido realizadas en el mismo centro. Oleos y pasteles  a partir de las poses del círculo. Este es un ejemplo de su obra



Los que hemos dibujado en el Círculo reconocemos de inmediato las poses. Quizá lo más interesante sea el lenguaje que utiliza Jose Carlos para abordar el desnudo. Suele hablarse de falso color cuando un objeto que carece de variación tonal (e.g. una imágen radiográfica o un mapa de relieve) se representa mediante una gama cromática artificial. También en pintura se ha utilizado desde hace mucho tiempo una representación de la realidad en que los colores de la obra no aspiran a imitar los colores de la realidad sino a trascenderla Se dice que Gauguin le dijo a Serusier algo así como «Si vés amarillo elige el amarillo más estridente que tengas en la paleta y aplicalo al cuadro».

Nuestro artista utiliza una preciosa simplificación de color en que las zonas iluminadas del modelo se representan en colores cálidos y las zonas de sombra en colores fríos. Puesto que los amarillos/naranjas aparecen como más claros que los azules se define una zona de luz y sobra que delimita su volumen como en un claroscuro convencional.



Claro que dentro de la región de luz y de la región de sombra aparecen sutiles variaciones tonales dentro de la misma gama que derivan de la observación atenta de la pose.



No se trata de un ejercición automático de traducción de escala de grises a un "falso color". Más bien es una representación de la emoción de la luz al incidir sobre el modelo y una forma de destacar su presencia. El artista no se desentiende del ambiente sino que lo integra en una imágen sutil. 

En resumen una representación elegante y atractiva de "academias" con un elevado grado de rigor y análisis de formas utilizando un esquema cromático original y claro.

2 comentarios:

Mercedes dijo...

Hola Jesús,
como siempre contigo, aprendo cosas nuevas, qué interesante todo lo que cuentas, para mí lejano, el envidiable y admirado mundo del artista. Pero lo disfruto como "público", muchas gracias, tus artículos ayudan a mirar.

Jesus Olivan dijo...

Yo si que aprendo de tu blog Mercedes, sin ir más lejos ya he estado mirando como ver el museo del Romanticismo. Muchas gracias

Jesus